Comarcal de
Lecrín nº5 / 1ª época
El Valle
en Panorámico
Apostando por el 16:9 un formato en
desuso
Desde muy pequeño, viajé constantemente a Lanjarón, lugar de
vacaciones y pueblo de mis antepasados e inevitablemente he
atravesado el valle de lecrín mirándolo a través de la ventanilla del
coche y buscando, en las paradas ocasionales de aquellos trayectos, una visión más amplia y detallada del lugar.
Buscaba despertar mi curiosidad.
Durante el recorrido entre Padul, Dúrcal, Talará y Béznar, los
pueblos y escenas se presentaban ante mis ojos en un primer plano y de forma cesgada, necesitaba no perderme nada.
Desde el interior del coche, la panadería, el
refresco en el bar, la parada del bus, todo eran detalles de la vida cotidiana y de
sus gentes. Un 50mm. ante mis ojos, un alarde al arte de la improvisación
del encuadre.
Después de 40 años, esta visión limitada de la realidad
sigue siendo muy constante en todos nosotros y en nuestra vida
diaria y con el uso de los móviles, como medio de expresión, se ha multiplicado por millón.
La televisión, la pantalla del ordenador o el cine con su imagen panorámica 16:9 "en movimiento", consiguen despertar nuestro interés por la escenas y sus detalles. Paradojicamente nos dejan respirar
aún estando encerrados.
El uso de la imagen en las redes sociales, sólo nos deja ver una
parte, un trozo del pastel y en la mayoría de los casos, este trozo
somos nosotros mismos, narrando nuestra forma de vida y relación
con los demás.
Nos olvidamos de lo que nos rodea y solo deja espacio para
primeros planos subrayando nuestra relación e interacción con las
demás personas.
El formato panorámico 16:9 de estas imágenes del Valle, sólo es
posible "en nuestros ojos" si cambiamos el punto de vista, la
manera de ver y entender lo que nos rodea, quitándonos el miedo
al exceso de información e intentando ver el paisaje en su
conjunto.
En ese momento, no sólo veremos el Humedal del Padul, el Valle desde los molinos de viento y los almendros en flor de Nigüelas, sino una Comarca de luces y contrastes, de color en sus estaciones, de crecimiento en sus pueblos, reafirmando su propia y singular identidad.
Estamos en un momento en el que la fotografía ha cambiado la forma de ver y entender todo aquello que nos rodea, los dispositivos móviles nos obligán a componer y narrar una nueva realidad que antes no existía.
Las personas están por encima de todo y el resto sólo aparece
en segundo plano, certificando nuestra ubicación temporal. Estamos aqui y ahora.
"Sólo
hay que ser como el niño que cambió su punto de
vista en 50 mm., su manera de ver y entender lo que le rodeaba,
apostando por un formato más amplio y detallado."